Dese el año 1999 se está formando una población reintroducida de oso pardo en los Alpes italianos, con ejemplares procedentes de Eslovenia. Hasta la fecha se compone de unos cincuenta individuos y parece estar en moderado crecimiento. Sin embargo, ocupa una zona muy densamente poblada y es inevitable que entre en conflicto con diversas actividades humanas.
Por Meritxell Genovart, Claudio Groff y Simone Tenan
La situación de los grandes carnívoros europeos ha cambiado de manera radical en las últimas décadas. Los lobos (Canis lupus) han recolonizado Escandinavia, Alemania y los Alpes, mientras que las poblaciones relictas de Italia, los Balcanes, el Báltico y la Península Ibérica han registrado notables aumentos. El lince boreal (Lynx lynx) ha vuelto a ocupar la mayoría de sus antiguas áreas de distribución en Escandinavia, el Báltico y los Cárpatos, aparte de haber sido reintroducido en los Alpes y Europa central. Del mismo modo, el glotón (Gulo gulo) ha regresado a algunas zonas forestales de Escandinavia.
El oso pardo (Ursus arctos) no ha sido una excepción y sus poblaciones alcanzan cifras nunca vistas en Escandinavia, los Balcanes y los Cárpatos. A lo largo del último siglo, tanto el abandono del medio rural como la mayor sensibilidad social hacia la conservación de las especies y del paisaje han hecho que muchas poblaciones de grandes carnívoros, antaño amenazadas, hayan logrado restablecerse. Pero la coexistencia entre el hombre y los grandes carnívoros sigue siendo un reto para la conservación, ya que este incremento de las poblaciones y el reciente auge de las actividades al aire libre pueden hacer que aumente también el número de conflictos.
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