El nuevo conservacionismo propone vincular la salvaguarda de las especies y los hábitats al avance del bienestar humano, de manera que este objetivo marque las prioridades a la hora de conservar. Esta corriente y quienes la critican delimitan el abanico argumental del actual debate sobre el futuro de la conservación.
Por Rogelio Luque Lora
En los debates sobre el conservacionismo algunos temas nunca llegan a desaparecer. Entre estas perpetuas discusiones aparecen cuestiones como: ¿Tiene la naturaleza un valor intrínseco o sólo es valiosa como medio para que los humanos consigan sus fines? ¿Deberían los conservacionistas aliarse con las empresas y realzar los beneficios económicos que conlleva la salvaguarda de la biodiversidad o esto equivaldría a una traición? ¿Existe una naturaleza salvaje?
Estos y otros controvertidos temas han resurgido en el debate que se ha levantado en torno al nuevo conservacionismo. Este punto de vista, delineado por Peter Kareiva y Michelle Marvier en su trabajo de 2012 What is conservation science? (1), propone una serie de principios rectores alternativos a los que los padres fundadores de la biología conservacionista plantearon en la década de los ochenta.
Para los nuevos conservacionistas, la naturaleza virgen y prístina, inalterada por los humanos, hace ya tiempo que dejó de existir. En lugar de invertir esfuerzo, tiempo y dinero en proteger la biodiversidad por su valor intrínseco, los nuevos conservacionistas defienden que sólo deberían conservarse ecosistemas que promuevan el bienestar humano, especialmente del mundo menos desarrollado.
El cambio de enfoque de los nuevos conservacionistas, que enfatizan el valor instrumental de la naturaleza en vez de centrarse en su valor per se, se presenta bien como un ideal ético (una alternativa a los valores fundamentales de los conservacionistas) o bien como un cambio de estrategia (priorizar el valor económico del mundo natural y compartirlo con las empresas, para permitir a los conservacionistas posicionarse mejor para salvar a las especies y a los ecosistemas).
Críticas al nuevo conservacionismo
Como era previsible, el manifiesto de los nuevos conservacionistas ha levantado ampollas en el contingente medioambiental más tradicional. Personalidades como el biólogo norteamericano Michael Soulé consideran una falacia mantener que no existe naturaleza salvaje porque los humanos hayamos alterado todos los ecosistemas de la Tierra.
Respecto a que la conservación debería centrarse en mejorar el bienestar humano, Soulé y otros replican que eso siempre ha sido una de las prioridades de los conservacionistas. Así mismo, consideran arriesgada la alianza con el capitalismo, además de una traición de la que el mundo conservacionista ha de protegerse. ¿Qué ocurre con las especies y los territorios de escaso valor económico conocido? ¿No son las insaciables necesidades del capitalismo irreconciliables con la preservación de los limitados recursos naturales?
Aunque el debate ha resultado fructífero al exponer algunos de los dilemas esenciales que merecen mayor discusión y deliberación, no deja, sin embargo, de presentar puntos débiles y bastante cuestionables.
Un concepto especialmente complejo
La bibliografía actual sobre el conservacionismo está monopolizada por escasos autores, cuya pertenencia a uno u otro grupo -nuevos o tradicionales- está muy bien definida. Pero en realidad existen alternativas que combinan ambos puntos de vista.
Por ejemplo, son muchos los que opinan que la conservación debería tener como objetivos prioritarios mejorar el bienestar humano -especialmente el de los pobres y los marginados políticamente- y salvaguardar los derechos humanos. Al mismo tiempo dudan de la capacidad de los mercados para alcanzar dichos objetivos.
A un nivel más filosófico, el debate sobre el nuevo conservacionismo no sólo establece una falsa dicotomía entre las posibles combinaciones de puntos de vista, sino que además limita el número de valores a elegir. Por ejemplo, se defiende que un enfoque instrumental de la naturaleza, centrado en las personas, es preferible a la alternativa ecocéntrica de la conservación. Sin embargo, esto constituye una simplificación de una serie de conceptos más complejos. Una perspectiva centrada en las personas no implica necesariamente un compromiso con el instrumentalismo: la investigación teórica y empírica indica que muchas personas valoran la naturaleza porque constituye una parte irreemplazable de lo que nos hace humanos, en lugar de considerarla un instrumento para conseguir otro fin.
Es más, la prioridad de algunos no serían las personas ni la biodiversidad, sino el bien de los individuos biológicos (biocéntrico) o el bienestar de los animales conscientes (zoocéntrico). Por lo tanto, los valores que los conservacionistas sustentan, y los que podrían mantener, son de un rango numerosas que lo que sugiere la bibliografía del nuevo conservacionismo.
Mostrar diferentes puntos de vista
El objetivo primordial sería aprehender esos valores y asegurar que todos los puntos de vista están adecuadamente representados en los debates sobre la finalidad del conservacionismo. Para ello, mis colegas y yo mismo hemos elaborado una encuesta on-line para que los conservacionistas de todo el mundo expresen sus opiniones sobre temas esenciales en el debate del nuevo conservacionismo (ver cuadro).
El propósito de la encuesta no es otro que mostrar todo el amplio espectro de puntos de vista que existe en el mundo de la conservación y conocer los factores demográficos -edad, nacionalidad y otros- que podrían influir en la adhesión a tales valores. Al final de la encuesta los participantes obtendrán una representación visual de sus opiniones y la comparación con las de otros conservacionistas.
Autor: Rogelio Luque Lora (rluquelora@gmail.com ) colabora en varios proyectos de investigación en la Universidad de Cambridge, en la cual se graduó en Biología y Filosofía de la Ciencia. Sus intereses se centran en los aspectos sociales, éticos y culturales de la conservación de la naturaleza.
UNA OPORTUNIDAD PARA OPINAR
Más de doce mil personas han participado ya en la encuesta impulsada bajo los auspicios del UN Environment - World Conservation Monitoring Centre para evaluar la repercusión de asuntos importantes o controvertidos relacionados con la conservación de la biodiversidad. La encuesta ha sido traducida al castellano para que puedan participar los lectores de Quercus, a través del siguiente enlace: https://goo.gl/PcLJtN