Interesante conclusión la obtenida por un grupo de investigadores españoles tras el censo de dos loros autóctonos de la República Dominicana, la cotorra de La Española y el perico de La Española: el desplazamiento de ciertas especies a las ciudades puede privar al medio natural de valiosas funciones ecosistémicas.
Por Álvaro Luna, Pedro Romero, José Luis Tella y Fernando Hiraldo
Actualmente, la presencia de diferentes especies animales y vegetales en las ciudades capta la atención de investigadores de todo el mundo, ya sea desde el punto de vista evolutivo, fisiológico, genético o conservacionista.
La situación de indudable declive que sufren muchas especies a escala global ha traído consigo que algunas de ellas encuentren refugio en entornos urbanos, donde generalmente hay menos enemigos y se ofrecen oportunidades para el que sabe aprovecharlas (fuentes de alimento y agua estable, refugio y lugares de cría, entre otras).
Pero lo que a priori es una buena noticia, en algunos casos incluso suponiendo un importante baluarte para salvar a ciertas especies, tiene una cara opuesta que no debe ser desatendida.