El redescubrimiento reciente de la población peruana del paujil carunculado, un pavo amazónico en peligro de extinción a escala global, dio paso a la creación de una reserva que logró salvaguardar a la especie. Al mismo tiempo se ha podido dinamizar la economía local gracias al turismo ornitológico y la artesanía.
Por José Álvarez Alonso
Cuando los primeros españoles descendieron por el Amazonas en la épica aventura de 1542, liderada por el capitán Francisco de Orellana, hicieron mención expresa de una especie extraña, que al parecer era bastante común en las orillas de la cuenca alta del río.
Probablemente se tratara de la primera ave amazónica cazada por un europeo, según relata el cronista Fray Gaspar de Carbajal: “Y fue que a hora de vísperas se puso sobre un árbol debajo del cual estábamos aposentados un pájaro del cual nunca oímos más el canto, que a muy grande priesa hacía y distantemente decía hui, y eso dijo tres veces dándose muy gran priesa (…) y así era que cuando se oía nuestros compañeros se alegraban, y en especial si había falta de comida, y se aparejaban a ir todos a punto de guerra (…)”.
Autor: José Álvarez Alonso (pepealvarez58@gmail.com ), ornitólogo leonés, ha trabajado en la Amazonía peruana durante casi treinta años, promoviendo la conservación de la biodiversidad en colaboración con las comunidades locales de la región. Actualmente es el director general de Diversidad Biológica del Ministerio del Ambiente del Perú.
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