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El fuego como enemigo, y posible aliado, de la alondra ricotí

La alondra ricotí es muy exigente con su hábitat y elige parameras de suelos pobres con matorral ralo (foto: Antonio Manglano).

A veces ciertos inconvenientes pueden deparar ventajas indirectas

Martes 05 de marzo de 2019

Los efectos del fuego sobre la fauna terrestre son devastadores. Pero algunas especies pueden verse beneficiadas. Una de ellas es la alondra ricotí, amante de las parameras y del matorral ralo, una estructura vegetal que antaño se encargaba de mantener a raya el ganado extensivo.

Por Cristian Pérez-Granados, Eva Serrano-Davies, Víctor Noguerales y Germán M. López-Iborra



Durante cientos de años, los hábitats esteparios y agrarios han ocupado en España grandes extensiones que no requerían demasiadas labores ni cuidados. Sin embargo, desde mediados del siglo XX y a causa de la intensificación y especialización del campo, impulsadas en parte por la Política Agraria Común (PAC), ambos tipos de hábitats no sólo se han visto reducidos, sino que han sufrido una considerable merma en su calidad. De forma paralela, el éxodo rural hizo que gran parte de aquellos territorios fuesen abandonados, con la consecuente disminución del laboreo y de la ganadería extensiva. Un proceso que favorece el establecimiento de nuevas especies herbáceas, arbustivas e incluso arbóreas, así como el desarrollo horizontal y vertical de las ya presentes. Este fenómeno reciente altera la composición vegetal de dichas comunidades y su carácter de hábitats típicamente abiertos.

Este contenido es un resumen / anticipo de una información cuyo texto completo se publica en la revista Quercus, tanto en su versión impresa como digital.