Los ecosistemas acuáticos del Segura están enfermos y una de las causas de que no recuperen un buen estado de salud es que pocas cuencas fluviales españolas tienen tal proliferación de especies invasoras, entre peces, galápagos y macroinvertebrados. Y lo malo es que, una vez establecidas, es muy difícil erradicarlas.
Por David Verdiell y F. Javier Murcia
Las especies exóticas invasoras son aquellas que después de su introducción en un ecosistema producen cambios significativos en el medio natural y suponen una amenaza para la diversidad biológica nativa, bien por su comportamiento invasor o por contaminación genética. Competencia, depredación, hibridación, transmisión de enfermedades y parásitos y modificación del hábitat son algunos de los efectos sobre las comunidades biológicas donde las especies invasoras se desarrollan. Tras la modificación antrópica del hábitat, son la segunda mayor amenaza sobre la diversidad biológica y uno de los principales agentes del cambio ecológico global. También afectan directamente a la economía y la salud humanas, provocando graves perjuicios económicos y sanitarios allá donde proliferan.
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