Opinión

La banda marrón, síntoma de una gestión forestal deficiente

Pinos de Monterrey secos en un monte vasco debido a la enfermedad de la banda marrón (foto: Sociedad Ornitológica Lanius).
Jueves 02 de mayo de 2019

Más que una enfermedad, la banda marrón es el síntoma de la verdadera patología que afecta al pino de Monterrey en el País Vasco: una gestión forestal deficiente basada en el productivismo rápido a costa de la degradación del medio natural. Es hora de empezar a apostar por la recuperación del bosque autóctono.

Por Ignacio García Serna



Debido a la ocupación poblacional y la revolución industrial los valles del País Vasco han sufrido una modificación dramática de sus bosques, sobre todo en la zona cantábrica. A finales del siglo XIX, con la drástica deforestación de aquel entonces, llegó el pino de Monterrey (Pinus radiata), que hoy ocupa unas 140.000 hectáreas, casi el 20% del territorio vasco. El forestalismo intensivo aplicado a esta especie exótica implica preparación mecánica y roturación del suelo para la plantación. Los desbroces y aclareos posteriores provocan el acceso de maquinaria pesada al monte durante los 35-40 años posteriores. Cumplido ese plazo se tala a matarrasa y la retirada de los fustes se hace mediante arrastradores que compactan el suelo y no respetan la vegetación autóctona que haya podido crecer a la sombra de los pinos.

Autor: Ignacio García Serna (dilindari@yahoo.es ), presidente de la Sociedad Ornitológica Lanius, con sede en Bilbao, es doctor en biología con veinte años de experiencia en el sector forestal vasco. Actualmente se dedica a su proyecto hortícola de agricultura ecológica.

Este contenido es un resumen / anticipo de una información cuyo texto completo se publica en la revista Quercus, tanto en su versión impresa como digital.


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