Fuimos cazadores paleolíticos hasta hace 6.000 años. ¿Qué cambió para que esta práctica se cuestione ahora? El ensayo Matar lo libre, de Benigno Varillas, indaga en el origen de la caza. Desde esta perspectiva, el libro analiza el cambio que supuso la domesticación neolítica, repasa el caso del Coto de Doñana y aborda la situación a partir de los prólogos a la caza de José Ortega y Gasset en 1942 y de Félix Rodríguez de la Fuente en 1969. Esta obra, la primera de una serie de diez previstas por el autor bajo el sobrenombre de “Lo libre”, aborda la clásica polémica entre los defensores de los animales y los cazadores desde una nueva perspectiva.
“La aversión a que se maten animales por diversión o deporte hará que los cazadores tengan que recuperar su esencia para ser aceptados”, indica el autor del libro, para quien “la actividad cinegética podrá aspirar al prestigio otorgado a los depredadores salvajes y al recolector-cazador paleolítico si se reinventa”.
El periodista y escritor Benigno Varillas explica con sus propias palabras las claves que subyacen tras Matar lo libre: “Los recolonizadores de la 'España vacía' recuperarán la naturaleza viviendo del teletrabajo y de retransmitir al mundo la vida salvaje. En ellos tendrán cabida quienes aprovechen los alimentos no cultivados ni criados artificialmente, con una caza que considere a los depredadores aliados, no enemigos, y comparta la función que éstos desempeñan en la naturaleza”.
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