Hasta doce especies exóticas de fauna y flora han invadido los últimos tramos fluviales de la cuenca del Duero ocupados por la náyade Margaritifera margaritifera, catalogada como en peligro de extinción, y otros moluscos bivalvos con los que comparte hábitat. Un caso paradigmático de este proceso es el del cangrejo señal en el río Negro (Zamora).
Por Javier Morales, David Fernández del Peso, Javier Balset y Rafael Araujo
Las especies exóticas invasoras inciden negativamente en la conservación de la fauna fluvial, y en especial de las náyades o almejas de río, ya que como veremos producen transformaciones físicas, químicas y ecológicas en los ecosistemas en los que viven estos moluscos bivalvos de agua dulce tan singulares. El efecto de las invasiones biológicas en los ecosistemas fluviales se deja sentir sobre las comunidades de especies autóctonas a través de la competencia por el alimento o el sustrato de refugio, la depredación o la exclusión del territorio. También producen modificaciones en las redes tróficas y en las condiciones ambientales que requiere la fauna nativa.
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