Hacer compatible la conservación del águila calzada, el águila culebrera y otras rapaces con la intensa gestión forestal de los pinares repoblados donde crían estas especies es un reto del Parque Natural Montes de Málaga. Para ello se marcan zonas y épocas libres de talas, se vigilan los trabajos forestales y se hace el seguimiento de las parejas reproductoras.
Por Juan José Jiménez, Rafael A. Haro, Fernando de la Cruz, Cristóbal Pino y Pedro Díaz
El Parque Natural Montes de Málaga ocupa cerca de 5.000 hectáreas de terreno montañoso a escasa distancia de la ciudad de Málaga. Los extensos pinares que dominan el paisaje son fruto de las repoblaciones que se realizaron en los años cuarenta, cincuenta y sesenta del siglo pasado, en el marco de un plan de restauración hidrológico-forestal de la cuenca del río Guadalmedina. Esta reforestación fue acometida por el Estado para frenar las repetidas y seculares avenidas que el “río de la ciudad”, como significa su nombre de origen árabe, generaba en el núcleo urbano de Málaga.
Se actuó sobre terrenos agrícolas que se habían venido cultivando desde antes de la Reconquista castellana del antiguo Reino de Granada y que hasta finales del siglo XIX estuvieron dominados por viñedos, los cuales desaparecieron con la plaga de la filoxera que, procedente de América, arrasó buena parte de los cultivos vitivinícolas de media Europa. La reforestación se efectuó principalmente con pino carrasco (Pinus halepensis), utilizándose eucaliptos (género Eucaliptus) en las riberas fluviales.