Es urgente regular la caza de aves acuáticas en los humedales donde vive el pato más amenazado de España. El seguimiento por GPS de la cerceta pardilla confirma que los disparos en algunos de sus últimos refugios, como El Hondo (Alicante), son la principal causa de mortandad de esta especie al borde de la extinción en nuestro país.
Por Francisco Botella, Juan Manuel Pérez-García, Óscar Aldeguer y Marcos Ferrández
La cerceta pardilla (Marmaronetta angustirostris), junto con el alcaudón chico (Lanius minor) y el urogallo cantábrico (Tetrao urogallus cantabricus), es uno de los tres vertebrados ibéricos declarados “En situación crítica” debido al estado límite de sus poblaciones en España.
El número de parejas reproductoras de esta anátida, la más amenazada de nuestra fauna, se ha ido reduciendo progresivamente en los últimos treinta años hasta la práctica desaparición de sus principales lugares de reproducción en nuestro país, los embalses de El Hondo, en el sur de la provincia de Alicante, y las Marismas del Guadalquivir, en Andalucía. Entre las causas que han desencadenado este declive se han identificado problemas en las áreas de reproducción relacionados con la pérdida o disminución de la calidad de los humedales donde vive, episodios de mortandad masiva (botulismo) y la actividad cinegética.
A pesar del precario estado de conservación de la cerceta pardilla, todavía se desconocen parámetros básicos de su biología como, por ejemplo, los movimientos dispersivos que hace fuera del periodo reproductor o la localización de las áreas de invernada. Este hecho podría estar enmascarando otras amenazas y limitar por ello la efectividad de las acciones de conservación.