El águila pescadora "Marina" posada en un apoyo eléctrico, al que se había retirado el cable, en el Parque Natural de Pego-Oliva. Puede verse el emisor que lleva adosado al dorso (foto: Jesús Villaplana).
Humedales cultivados y electrificación rural
Lunes 31 de agosto de 2020
El proceso histórico que convirtió la Albufera de Valencia en uno de los mayores arrozales de España, junto con los del Delta del Ebro y las Marismas del Guadalquivir, tuvo evidentes efectos sobre su fauna. El águila pescadora, en concreto, llegó a extinguirse, si bien ahora cuenta con un plan de reintroducción.
Por Juan Jiménez
Marina nació en Cádiz el 23 de abril de 2019. Fue una de las primeras águilas pescadoras destinadas al proyecto de reintroducción de la especie en la Comunidad Valenciana impulsado por la Generalitat el año pasado. Tras pasar un tiempo en el jaulón de aclimatación del Parque Natural de Pego-Oliva, fue liberada el 8 de julio. Tras unos vuelos de exploración que la llevaron desde Cartagena hasta Castellón, pasando por Albacete, se instaló en la Albufera de Valencia a partir del 6 de septiembre. Allí Marina mostró una excelente adaptación al medio natural, volando y pescando con regularidad y siendo repetidamente observada por los ornitólogos locales, en un espacio que acogió esa temporada a otros ejemplares invernantes de la especie. La señal de su emisor GPS/GSM dejó de recibirse el 28 de enero de 2020, en coordenadas coincidentes con un apoyo eléctrico. El 3 de febrero se empezó a buscarla, con la dificultad añadida de que su última ubicación estaba en un arrozal inundado. Fueron necesarios varios días de trabajo y el uso de una embarcación para localizar el cadáver y certificar que había muerto electrocutada (véase Quercus 410, pág. 35).
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