La localización en Extremadura, en paso migratorio postnupcial, del carricerín cejudo, pequeña ave palustre amenazada a escala mundial, tiene una lectura no tan positiva: la de los pequeños humedales del norte de la provincia de Cáceres donde se refugia esta especie, transformados en regadíos y sometidos a una gestión agrícola intensiva.
Por Hugo Sánchez y Javier Prieta
Extremadura es una región donde el único tipo de humedales naturales abundantes son los cursos fluviales, actualmente muy alterados y regulados por infinidad de presas.
Como ejemplo sirvan los dos grandes ríos extremeños, Tajo y Guadiana, convertidos en una sucesión de embalses sin dinámica fluvial e invadidos por dos plantas exóticas: helecho de agua (Azolla filiculoides) en el Tajo y camalote (Eichhornia crassipes) en el Guadiana.
Los humedales de tipo lagunar han sido siempre escasos y pequeños en Extremadura, con un estado de conservación actual muy desfavorable y sin apenas atención por parte de la administración.
Autores: Hugo Sánchez (vespertinus87@hotmail.com), anillador científico y gerente de la empresa de turismo ornitológico Iduna Tours, participa en numerosos trabajos de campo y cursos formativos relacionados con aves. Javier Prieta (javierprieta@gmail. com), veterinario, presta especial dedicación a las aves de Extremadura, habiendo participado desde hace tres décadas en multitud de proyectos de conservación y divulgación sobre este asunto.