Turistas, senderistas y ciclistas se aglutinan en una de las principales sendas del Castañar de El Tiemblo, incumpliendo en muchos casos las normas establecidas en el enclave. La presión turística masiva, entre otra amenazas, están llevando al Castañar de El Tiemblo (Ávila) a convertirse en tiempo récord en un bosque único pero desnaturalizado. Una plataforma ciudadana propone implantar en este espacio protegido una gestión de visitas bajo control al estilo del Hayedo de Montejo (Madrid).
Por Carlos de Pablo
La historia de los bosques de la cuenca mediterránea está llena de ejemplos de superficies arboladas que casi de la noche a la mañana se expandieron y desaparecieron del mapa. Sin embargo, su historia también destaca por sucesos extraordinarios en los que los bosques permanecieron inamovibles a pesar de los estragos del tiempo.
Es el caso del Castañar de El Tiemblo, uno de los bosques de castaños más grandes del Sistema Central, a pesar de tener una extensión que no supera los dos kilómetros cuadrados.
Aunque sus orígenes posiblemente se remonten a miles de años antes, una reciente investigación demuestra que estos castaños crecieron de forma natural hace más de 3.000 años.
Autor: Carlos de Pablo es periodista ambiental y colaborador de la plataforma Salvemos el Castañar de El Tiemblo (salvemoselcastanar@gmail.com).
ECHA UNA MANO
Una petición online en Change.org en favor del Castañar de El Tiemblo ha recogido ya más de 7.000 firmas.
Más información y adhesiones, en www.facebook.com/Salvemos.ElCastanar.de.El-Tiemblo