Por Pablo Aycart y Mario Díaz
Los bosques tropicales lluviosos son sistemas megadiversos bastante complejos y estables, a la vez que muy sensibles al cambio global, con lo que se hace esencial monitorizar su evolución en el tiempo.
En muchos países neotropicales es común encontrar reservas naturales privadas dedicadas al seguimiento científico y la conservación de estos hábitats. En Costa Rica el 5% de la superficie del país está ocupada por estas reservas, que ayudan a aumentar la conectividad de la red estatal de áreas protegidas.
Las reservas privadas de Costa Rica suelen además albergar estaciones biológicas, es decir, sitios concretos con una mínima infraestructura en los que se mide periódicamente algún componente de la biodiversidad.
AUTORES
PABLO AYCART (pablo.ayclaz@gmail.com) es estudiante del Máster en Biodiversidad en Áreas Tropicales y su Conservación y antiguo asistente de investigación en la Reserva Pacuare.
MARIO DÍAZ es investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC) y profesor de teoría y prácticas en el citado máster.
MÁS INFORMACIÓN
Una versión más amplia de este artículo está disponible en la web de Quercus: https://bit.ly/3wkEH09