Es un hecho conocido que no sabemos gran cosa sobre la distribución de las arañas de la fauna ibérica. En el caso de las especies más comunes, esa falta de información se debe a que se consideran triviales y, aunque resulte paradójico, sólo disponemos de datos muy parciales sobre arañas abundantes y fáciles de obseravar. El resultado es que sus rangos de distribución se encuentran subestimados.
Por Fernando Cortés-Fossati, J. Manuel Vidal-Cordero y Marcos Méndez Iglesias.
Arañas tigre
Buen ejemplo de ello son las arañas del género Argiope, conocidas vulgarmente como arañas tigre o arañas avispa y representado por tres especies en la Península Ibérica: A. bruennichi, A. lobata y A. trifasciata. Son arañas grandes y muy vistosas, con ambos sexos fáciles de diferenciar. Los machos son de talla muy reducida (menos de 1 cm), mientras que las hembras alcanzan casi los 3 centímetros de longitud corporal. De hecho, es una de las mayores arañas ibéricas. Suelen colgar cabeza abajo en el centro de una tela grande, orbicular y resistente, cruzada con frecuencia por bandas de seda en zigzag entre dos radios. Las tres especies pueden observarse en el campo desde junio hasta noviembre y son totalmente inofensivas para los seres humanos.
Por el momento, disponemos de citas muy dispersas sobre todas ellas. Parece que A. bruennichi tiene una distribución amplia que abarca desde climas templados hasta mediterráneos. Por el contrario, carecemos de citas de A. lobata en la franja de clima templado y A. trifascata parece restringirse al sur peninsular, a lo largo de la zona litoral mediterránea, desde la región portuguesa del Algarve hasta Cataluña, con escasos registros en el interior. Las tres especies se encuentran presentes en las islas Baleares y Canarias.
Arañas de la cruz
Otro ejemplo lo encontramos en las arañas del género Araneus, que también tejen telas orbiculares. El opistosoma de las hembras de A. diadematus y A. Pallidus, dos de las doce especies presentes en la Península, es redondeado y anaranjado, con una llamativa cruz blanca en la zona dorsal muy característica. Este rasgo hace que sean muy sencillas de reconocer y les ha otorgado también el nombre común de “arañas de la cruz”. Figuran entre las arañas más comunes de Europa y pueden observarse fácilmente durante todo el año en una gran diversidad de hábitats, incluidos huertos y jardines.
Al igual que las arañas avispa, son inocuas para las personas. Ambas especies cuentan con citas dispersas por toda la Península, Sin embargo, A. diadematus no se ha encontrado en Extremadura, Andalucía occidental y el sur de Portugal. En cuanto a A. pallidus, tampoco se conoce su presencia en los Pirineos, Navarra, País Vasco, Cantabria, Asturias, Castilla-La Mancha, Andalucía oriental y Baleares. En el caso de Portugal, sólo disponemos de cuatro registros históricos, de finales del siglo XIX y principios del XX, en la zona centro-norte del país.
Dirección de contacto:
argiopeople@gmail.com
Web: https://sites.google.com/view/argiopeople
Petición de información
Con el objetivo de paliar las lagunas sobre distribución en la Península Ibérican de las cinco especies de arañas que protagonizan esta nota nace ARGIOPEOPLE, un proyecto participativo de ciencia ciudadana que colabora con entidades y plataformas como Observation.org, Biodiversidad Virtual o iNaturalist. La ciencia ciudadana es fundamental para conocer mejor especies comunes que no son prioritarias en los estudios sobre biodiversidad. Para colaborar en el proyecto basta con enviar fotos de las arañas citadas a argiopeople@gmail.com, indicando la fecha y la ubicación donde fueron tomadas. En el caso de las arañas tigre, bastaría con que la foto refleje su zona dorsal. Las arañas de la cruz, sin embargo, requieren dos fotos, una dorsal y otra ventral, pues es necesario ver la zona genital (epiginio) para distinguir ambas especies.
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