En esta semblanza de Fidel José, el autor recuerda cómo le conoció y hace un repaso de su trabajo durante años en favor de la protección de las Hoces del Riaza, en Segovia. Nos cuenta también todas las alegrías que le proporcionó su trabajo, pero sin olvidarse de los sinsabores con los que tuvo que lidiar.
Por Antonio Ruiz Heredia
Conocí a Fidel José, durante el verano de 1976 en el campamento “Félix Rodríguez de la Fuente”, situado en la pradera de Valugar, en plenas Hoces del río Riaza y refugio de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), en el que yo participaba como director de uno de los turnos. Fidel era un joven estudiante que manifestaba un gran entusiasmo por la naturaleza y los buitres. En el año 1975, le fue otorgado el primer premio Faraday por su trabajo sobre censos de rapaces en las hoces. Era amigo de Félix Rodríguez de la Fuente, con quien colaboraba y mantenía una estrecha relación. Además, participaba activamente en las actividades que ADENA-WWF llevaba a cabo en el Refugio de Rapaces de Montejo (Segovia).
Durante años se empeñó en llevar a cabo censos (de primavera, sobre el éxito en la puesta y en la cría; de otoño, sobre ejemplares volanderos y que pernoctan en dormideros y nidos), para poder comprobar si la protección de aquellas tierras era o no efectiva, por lo que hubo de rodearse de muchos naturalistas que decidieron participar de manera voluntaria y altruista en aquel proyecto. Yo fui uno de ellos. Nos apostábamos (y seguimos haciéndolo) antes del amanecer, frente a una roca, para contar los ejemplares de buitre leonado que pasaban la noche en ella. De paso también tomábamos nota de todo aquello que aparecía ante nuestros ojos o que identificábamos por el canto. Hemos llegado a juntarnos más de ochenta naturalistas en cada ocasión. Entre todos decidimos crear una asociación: el Fondo para el Refugio de las Hoces del Riaza, bajo cuyo paraguas y dirección de Fidel José, se han organizado estas y otras actividades durante más de cuarenta años.
De izquierda a derecha, Fidel José Fernandez, Hoticiano Hernando y Jesús Hernando durante el homenaje a los guardas del Refugio de Rapaces de Montejoque se celebró en las Hoces del Riaza en noviembre de 2004 (foto: Juan Carlos Rincón).
No todo fue un camino de rosas
El Refugio de Rapaces pasó por una serie de situaciones críticas, no en vano fue el primer ejemplo de custodia del territorio llevado a cabo por una asociación sin fines lucrativos (ADENA-WWF). Sus socios, promotores y amigos tuvieron que enfrentarse a multitud de problemas y situaciones desagradables. En la primera ocasión (año 1978), al resultar complicada la adquisición de fondos para pagar a los pueblos con el fin de mantener sus territorios fuera de las áreas de caza, fue el Dr. Rodríguez de la Fuente quien pagó de su bolsillo alguna de las cuotas anuales. En aquel momento es cuando Fidel José fue plenamente consciente de lo necesario que era aunar esfuerzos y voluntades para defender aquel proyecto y sacarlo adelante.
A partir de ese instante tomó la iniciativa. Hubo sus más y sus menos, ya que tuvimos muchas alegrías pero sufrimos también unas cuantas decepciones a causa de la falta de reconocimiento por nuestra labor. Tampoco faltaron desacreditaciones, persecuciones y hasta intentos de destruir aquel inmenso trabajo colectivo. El primero, el sorpresivo despido del guarda Hoticiano Hernando cuyo sueldo pagamos a escote durante meses hasta su readmisión. Luego, al declararse el espacio como Parque Natural, los responsables de la administración nombraron director del mismo a una persona del todo inadecuada e ineficaz, autora de un proyecto que en lugar de proteger el entorno programaba llenar aquello de sendas, pistas, aparcamientos, etc. Gracias a su empeño, determinación e ímpetu, el profesor Fidel José consiguió multitud de logros y supo capitanear a ese variopinto grupo de biólogos, profesores, estudiantes y naturalistas aficionados, muchos de ellos con distintas profesiones -a los que alguien bautizo con el nombre de “los montejanos”- con una ilusión común para seguir siempre adelante y que aquello no decayera. Afortunadamente, existe ahora una buena sintonía con la Dirección del Parque Natural y la Junta de Castilla y León.
Con 16 años de edad, Fidel José Fernández habla en la Asamblea General de Adena (actual WWF España) el 12 de marzo de 1972. En el acto estaba presente Félix Rodríguez de la Fuente, que felicitó a Fidel José tras la charla (foto: Manuel Martín).
Un ingente legado de valiosa información
En su domicilio, Fidel José atesora cientos de carpetas con documentación valiosísima sobre el Refugio de Rapaces, recortes de prensa, cartas, fotografías, cuadernos de campo y muchas cosas más, que deberían ser clasificadas, catalogadas y conservadas. Por fortuna existen tambien las llamadas Hojas informativas y 57 cuadernos con cientos de páginas algunos de ellos, en los que se acumulan datos, observaciones, estadísticas y fechas, realizados por distintos naturalistas y por el mismo Fidel José que los compiló, redactó y publicó.
Fidel José se nos ha ido, víctima de un derrame cerebral que no ha podido superar. Regresaba de formar parte de un tribunal en Sevilla, en el que participaba como profesor de la UNED, siendo esta actividad profesional la última que ha realizado en su vida. DEP.
AUTOR
Antonio Ruiz Heredia es profesor, naturalista y fue colaborador de Félix Rodríguez de la Fuente en los rodajes de "El Hombre y la Tierra" y los campamentos en Montejo.