La dedicación de una sola persona puede dar lugar a importantes avances en favor de la vida silvestre. Un ejemplo de ello es Nigel Burch, pionero en el estudio y defensa de las nutrias de la isla escocesa de Mull. Después de más de treinta años de trabajo, ha logrado reducir la tasa de atropellos que ponía en jaque a esta población de la especie.
Por Frederic Ferrando
La isla de Mull, situada justo por debajo de la famosa isla de Skye, en Escocia, es la segunda mayor de las Hébridas interiores, con una superficie de unos 875 kilómetros cuadrados (similar a Lanzarote). En ella el contraste entre zonas es abrumador, desde picos de mil metros de altura que suben desde nivel del mar, hasta los bosques de pinos de Caledonia (Pinus sylvestris).
Es esta diversidad de ambientes lo que propicia que un gran número de especies se asienten en la isla y, a su tiempo, atraigan multitudes de apasionados a la naturaleza.
Así por ejemplo, la isla tiene la mayor población en el Reino Unido de pigargos europeos (Haliaeetus albicilla), con unas diez parejas nidificantes. Sus nidos pueden ser observados por los visitantes desde la distancia. En los páramos también son habituales los aguiluchos pálidos (Circus cyaneus) y las lechuzas campestres (Asio flammeus), que han establecido allí una de las mayores poblaciones de Escocia.
Pero en Mull hay otros reclamos aparte de las aves. De hecho, una de las especies más importantes es un mamífero. Se trata de las nutrias marinas (Lutra lutra) que están establecidas en Mull y que junto con las islas Shetland alberga una de las mayores poblaciones de Reino Unido.
AUTOR
Frederic Ferrando (fredericferrando@outlook.es) es naturalista y fotógrafo de naturaleza. Esta pasada primavera acompañó a Nigel Burch en el seguimiento de las nutrias de la isla escocesa de Mull y ha visitado los puntos clave del proyecto.
Más información
www.mullottergroup.co.uk