Un reciente artículo defiende la necesidad de un enfoque basado en las ciencias humanas –es decir, filosofía, historia y sociología, entre otras– en las políticas de conservación de la naturaleza (1). A través de las fuentes históricas se puede conocer cómo los seres humanos han influido en la biodiversidad y cómo estos cambios han reformado las sociedades y las culturas. Un hecho palpable es que las fuentes de perturbación en el medio natural están influenciadas por la sociedad en la que vivimos.
Desde este punto de vista, el narcotráfico en el estrecho de Gibraltar es un problema de largo recorrido, que ha experimentado un crecimiento exponencial desde la década de los ochenta y, a pesar de haberse combatido desde múltiples frentes, su huella es visible y palpable en el medio ambiente.
AUTORES
José Carlos Báez es investigador del Instituto Español de Oceanografía en Málaga, Enrique Salvo Tierra es profesor de botánica en la Universidad de Málaga e Ignacio Lillo es periodista de Diario SUR, en Málaga.
Contacto:
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