Los resultados de crear y rehabilitar charcas y lagunas se producen a corto plazo y tienen beneficios importantes, no sólo para los anfibios, sino también para el resto de las comunidades vinculadas a estos medios fluctuantes. De hecho, pueden contribuir a paliar ciertos efectos previstos para las próximas décadas por cambios en los patrones climáticos. Esto es particularmente importante para los anfibios, un grupo muy vulnerable a ese nuevo escenario.
El creciente interés de esta medida se ha dirigido en los últimos años a establecer nuevas poblaciones o evitar el declive de alguna comunidad. Pero también ha permitido contar con diferenherramientas didácticas e incrementar la diversidad de especies silvestres en zonas concretas. Por estas mismas razones, tienden a naturalizarse fuentes en parques y otros espacios urbanos con el fin de crear espacios más agradables y recuperar una cierta conexión de la ciudadanía con el mundo natural.
AUTORES
Ángel Dolón Viejo es veterinario y gestor de fauna silvestre. Actual director general de la Asociación Faunatura, compagina las tareas propias de su puesto con trabajos de campo y está involucrado en la mayoría de los proyectos que desarrolla esta ONG.
Ricardo Reques Rodríguez es doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad de Córdoba y especialista en ecología de anfibios. Ha trabajado en The Open University (Reino Unido), la Estación Biológica de Doñana (CSIC) y la Universidad de Córdoba.
Yamila Arjona Resinas es bióloga, gestora de fauna silvestre y directora de proyectos de la Asociación Faunatura.
Jesús Serrano Borrego es graduado en Biología y máster en Gestión Ambiental y Biodiversidad. Le apasionan la herpetofauna, las alturas y el mundo submarino.
Carlos Muñoz Lozano es veterinario, máster en Gestión de Fauna Silvestre por la Universidad de Murcia y socio fundador de Faunatura.
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