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La peculiar situación del conejo en Tierra de Pinares

Una población sana gracias a la presencia de depredadores

Miércoles 22 de octubre de 2014
Mientras muchas poblaciones de conejo declinan en
la España mediterránea, otras parecen mantenerse
en buen estado e incluso tienden a remontar. En
este caso se encuentra la comarca de Tierra de

Pinares, situada entre las provincias de Segovia y
Valladolid, donde el conejo es abundante
en dos de sus tres hábitats principales.


La Tierra de Pinares es una comarca situada en el extremo meridional de Castilla y León, entre las provincias de Segovia y Valladolid. En este mismo espacio también se encuentra el territorio histórico de la Comunidad de Villa y Tierra de Íscar, formado por siete municipios (Íscar, Cogeces de Íscar, Megeces, Pedrajas de San Esteban, Villaverde de Íscar, Remondo y Fuente del Olmo de Íscar) y que tiene una extensión total de 167 kilómetros cuadrados. Dentro de un entorno por lo general poco accidentado destaca El Monte, páramo de margas yesíferas (con frecuentes maclas en forma de punta de flecha, aquí llamadas “espejuelos”) cuya altura máxima es de 862 metros. A sus pies se extiende una amplia llanura pinariega sobre suelos arenosos, que se intercala con campos dedicados al cultivo de cereales y vides. A poniente discurre el río Eresma, que se dirige al encuentro del Adaja, con las orillas jalonadas por un bosque de ribera bien conservado en el que coinciden sauces, fresnos, saúcos, olmos, chopos y álamos.

Este páramo y sus laderas, antes de ser roturado a finales del siglo XIX, albergaba un primitivo bosque submediterráneo mixto de encinas (Quercus ilex rotundifolia) y quejigos (Quercus faginea faginea), con algún que otro pino piñonero (Pinus pinea). Desde entonces, las repoblaciones con pinos piñoneros y negrales (Pinus pinaster) se han extendido tanto por la campiña arenosa como por las laderas y hasta por el propio páramo, con el propósito de aprovechar, respectivamente, sus dos productos principales, los piñones y la resina.

La riqueza faunística de la zona es incontestable. Un sencillo paseo por el monte, ya sea de día o de noche, permite observar una gran cantidad y variedad de animales. Sin lugar a dudas, el más abundante es el conejo (Oryctolagus cuniculus), una especie cuyas poblaciones se han visto drásticamente reducidas en casi toda España desde la llegada de la mixomatosis y de la neumonía hemorrágico vírica (1). En cambio, en El Monte los conejos son extremadamente frecuentes a cualquier hora del día o de la noche.