Texto y fotos: Universitat de Valéncia
La contaminación por plásticos no sólo afecta a los ecosistemas marinos, donde más se ha estudiado, sino que también perjudica a los espacios terrestres, como lo demuestra este estudio del Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva (ICBIBE) de la Universitat de València en colaboración con la Universidad Europea de Valencia y la Universidad Europea de Madrid. El trabajo, publicado en la revista Environmental Research, se llevó a cabo en un espacio agrícola donde se estudiaron los nidos de dos especies de aves, el verdecillo (Serinus serinus) y la urraca común (Pica pica). Esta es la primera investigación que incorpora los plásticos que se encuentran en el medio como objeto de estudio.
Las formas filamentosas son las preferidas
El trabajo se llevó a cabo en naranjos de una parcela de 17 hectáreas de Sagunto (Valencia), controlada desde 1975 por José A. Gil-Delgado, investigador honorario del ICBIBE, en la que se obtuvieron 13.889 piezas de plástico por hectárea como mejor estimación. Los resultados fueron que el 71% de los nidos de verdecillo y el 96% de los de urraca contenían residuos plásticos. Además, se constató que ambas especies prefieren filamentos de plástico a otros deshechos del mismo material presentes en el entorno. En el caso de la urraca no hay selección de plásticos por el color y el tamaño mientras que el verdecillo elige los filamentos más pequeños y evita el color negro.
La preferencia por formas filamentosas se explica por la apariencia similar de los filamentos plásticos con los materiales naturales utilizados para construir los nidos de estas aves. En la finca se encontraron piezas plásticas de hasta seis colores. El 46% excedían los cinco centímetros de longitud, un 28% medían entre dos y cinco centímetros y el 26% restante eran piezas de menos de dos centímetros. El estudio se efectuó entre marzo y agosto de los años 2018, 2019 y 2022. Los nidos se recogieron a principios de agosto, tras su abandono, y se conservaron y analizaron en el ICBIBE.
El artículo describe que tanto la urraca como el verdecillo seleccionan estos plásticos –que constituyen el 20% del total de piezas observadas en los nidos– porque les resulta ventajoso por la gran disponibilidad de materiales artificiales en los cultivos y porque los tienen cerca. Respecto al rechazo al color negro, el personal investigador apunta al hecho de que el negro absorbe más calor. La literatura científica sugiere que no poner elementos negros evita el sobrecalentamiento de la puesta o de las crías. Además, el plástico blanco es el más habitual en el ambiente agrícola en el que se ha realizado el trabajo.
Artículo de referencia:
María José Espinosa y otros autores (2024). Do birds select the plastics debris used for nest construction? A case study in a Mediterranean agricultural landscape. Environmental Research, 255: 119117