Por José Carlos de la Fuente
Asante sana, bwana chui. Con esas evocadoras palabras en suajili concluía Félix Rodríguez de la Fuente uno de aquellos hipnóticos episodios que le dedicó al leopardo en su programa de radio La aventura de la vida. Una tarde de febrero, no puedo evitar recordarlas mientras observo el paisaje genesiaco de la sabana del Mara, con una acacia de copa plana aislada y el bosque de ribera del río Talek al fondo.
El clima está cambiando y los pulsos de esta tierra empiezan a no ser los que conocíamos. A pesar de que nos encontramos en la estación seca, unas lluvias inusuales, que ya duran meses, han pintado de verde unos suelos que deberían estar agostados. Pero, gracias a esto, hemos transitado por los paisajes kenianos con una sensación de recorrer la geografía del Edén en esplendor.
Nuestro tour culmina aquí y, en esta ocasión, aún no hemos tenido ningún encuentro con el más escurridizo y carismático de los grandes gatos africanos: el leopardo. Lo hemos buscado sin suerte en el nyika, la estepa arbustiva cuajada de espinas de la norteña Samburu, tan propicia en otras ocasiones para observar a esta especie. Hemos invertido horas de safari en el verde Nakuru, donde es tan posible encontrarse a un leopardo encaramado a las altas acacias de la fiebre como a uno de los cada vez más escasos leones trepadores.
AUTOR:
José Carlos de la Fuente Fernández es escritor y un naturalista que rastrea. Colabora con Quercus desde 2013 y es autor de Coexistencia. Un viaje por las relaciones entre carnívoros y humanos (2021) y Lobos, linces y osos. Los grandes carnívoros ibéricos a través de sus rastros (2016), ambos publicados por Perdix Ediciones. Actualmente prepara nuevos trabajos editoriales sobre fauna y rastreo. Trabaja para la administración pública en la vigilancia e inspección urbanística y medioambiental. También ejerce como guía para la agencia Ecowildlife Travel en los viajes que programa por la India, Rumanía, Kenia, Tanzania y España.
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