Por Manuel Domínguez-Rodrigo
En 1974 un equipo de paleoantropólogos dirigido por Donald Johanson, Yves Coppens y Maurice Taieb hicieron un hallazgo excepcional en las tierras yermas del triángulo de Afar, en Etiopía. Era el esqueleto más antiguo de la humanidad y lo llamaron Lucy, porque en aquella época sonaba con insistencia la canción de los Beatles Lucy in the sky with diamonds. Los fósiles pertenecían a una hembra de una nueva especie de hominino, categoría taxonómica que agrupa a todos los antepasados evolutivos del linaje humano, y técnicamente fue descrita con el nombre de Australopithecus afarensis.
Lucy vivió hace algo más de 3 millones de años (Ma), en lo que entonces era un paisaje de sabana arbolada, salpicada de ríos y lagos, muy diferente del desierto inhóspito donde se encontraron sus huesos. Probablemente habría sido menos famosa si se hubiera usado su nombre científico o su número de catalogación (AL-288). Pero la célebre canción de los Beatles, reproducida una y otra vez en el campamento, inspiró un nombre aparejado a la irrupción de antropólogos estadounidenses en África oriental y a una nueva manera de hacer paleoantropología.
AUTOR:
Manuel Domínguez-Rodrigo es catedrático de Prehistoria en la Universidad de Alcalá de Henares, codirector del Instituto de Evolución en África (IDEA) y profesor del Departamento de Antropología de la Universidad de Rice (Houston). En la actualidad codirige con Enrique Baquedano y Audax Mabulla el Olduvai Paleoanthropology and Paleoecology Project. Lleva 35 años trabajando en África y ha participado en algunos de los proyectos más relevantes sobre evolución humana en Etiopía, Uganda, Kenia, Tanzania y Sudáfrica.
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