Editorial

Trasvase de votos contra el PHN

Miércoles 22 de octubre de 2014
El cierre de este cuaderno de Quercus ha coincido con días cruciales para la reciente historia de España, marcados por la barbarie de los atentados del 11 de marzo en Madrid. También por el desenlace de unas elecciones generales, tres días después, resueltas con una victoria socialista contra todo pronóstico que tiene, cómo no, una lectura medioambiental.

Parece obvio que se supera una trayectoria de desencuentros y crispación entre las Administraciones competentes del Gobierno saliente y el mundillo científico y conservacionista sin precedentes. El trasvase del Ebro es sin duda el asunto más ilustrativo de un clima muy trabado por el empeño obsesivo de un ministerio auto-denominado “de medio ambiente” por sacar adelante el Plan Hidrológico Nacional (PHN).

La misión encomendada a los sucesivos ministros del ramo ha sido vender como fuente de riqueza y progreso esta obra monumental, desacreditada como antítesis del desarrollo sostenible por expertos, ecologistas y buena parte de la población de las regiones donantes. Alertada por este clamor contrario al trasvase, la Comisión Europea está estudiando con lupa la petición de fondos comunitarios por parte de nuestra autoridades para financiar nada menos que la tercera parte del coste del proyecto.

Falta aún una decisión definitiva al respecto, pero se ha filtrado un informe de los servicios técnicos de Bruselas –del que nos hacemos eco en la página 66– que desaconseja subvencionar a España para este fin, por considerarlo un derroche de dinero y un despropósito medioambiental. Lo que no ha impedido que las obras del proyecto hayan empezado a ser adjudicadas y los fastos preelectorales se hayan visto adornados por las inauguraciones anticipadas de varios tramos del trasvase.

Al día siguiente de las elecciones, Ecologistas en Acción llamó la atención de la opinión pública sobre el apoyo de los votantes a la gran mayoría de los partidos políticos que han incluido en sus programas electorales la oposición a la megalomanía hidrológica del Partido Popular. PSOE, Izquierda Unida, Esquerra Republicana de Catalunya, Chunta Aragonesista e Iniciativa per Catalunya Verds, que han participado activamente en las movilizaciones ciudadanas de los últimos años contra el PHN, y especialmente contra el trasvase del Ebro, suman ahora 178 diputados, con lo que superan la mayoría absoluta. Pero es que además otras formaciones como Convergència i Unió han condicionado su apoyo al próximo Gobierno al rechazo del trasvase. Esperemos ahora que los socialistas cumplan su compromiso de retirar la polémica obra.



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