Preocupante tendencia del felino a abandonar el Parque Nacional ante la escasez de conejos
Los linces de Doñana,
en la encrucijada
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:53h
En Doñana queda medio centenar de linces. La cifra procede de los censos intensivos, sobre todo de huellas, que se realizan
desde 2002. Son especialmente buscadas las hembras con crías, de las que el año pasado se detectaron unas diez. Queda confirmada además
la tendencia de la especie, ante la escasez de conejos, a sacrificar la seguridad del Parque Nacional para asentarse en zonas del entorno desprotegidas
y, por tanto, más peligrosas.
El lince ibérico (Lynx pardinus), considerado como el felino más amenazado del planeta, está catalogado como “Críticamente amenazado” por la UICN (1). Ante esta situación, se necesitan métodos de censo que nos permitan conocer la situación de las poblaciones y detectar posibles cambios, con el objeto de poder articular respuestas rápidas. No obstante, en especies de hábitos crípticos como es el caso de la que nos ocupa, censar con precisión se convierte en una tarea muy complicada.
Actualmente sólo se tiene constancia de la presencia de linces de forma continua y reproduciéndose en dos áreas: Sierra Morena Oriental y Doñana. Ambas presentan diferencias evidentes. En la primera, los animales se asientan en zonas montañosas con sustrato rocoso, mientras que en la segunda lo hacen en zonas arenosas de escaso relieve. Esta peculiaridad de Doñana nos permite la observación de huellas de forma habitual. No obstante, asignar estos rastros a un individuo concreto resulta imposible.
Existe un periodo del año en el que las huellas de los linces son separables en dos tipos claramente diferenciados por el tamaño. Tiene lugar cuando los cachorros del año, a partir de los tres meses de edad, acompañan a las hembras en las primeras correrías (2, 3, 4). La importancia y validez del uso de hembras con crías en censos de grandes carnívoros han sido puestas de manifiesto en otros estudios (5, 6, 7).
El objetivo de este tipo de censo es detectar las hembras que han criado en cada temporada, pudiendo ser diferenciados animales correspondientes a territorios contiguos. Aunque los resultados que obtenemos nos vienen a indicar un mínimo poblacional, pues siempre hay hembras que pueden pasar inadvertidas, se obtiene una estimación fiable, repetible y comparable año tras año de un sector de la población de gran trascendencia en la dinámica general de la especie. Si se conjugan los datos obtenidos con el conocimiento previo que se tiene de los linces en Doñana, se pueden realizar estimaciones del número de ejemplares presentes en la comarca.