Picos de Europa, una oportunidad para pastores y quebrantahuesos
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:53h
El próximo año está previsto que se inicie la reintroducción de los primeros quebrantahuesos en el Parque Nacional de Picos de Europa. Este espacio protegido se convertirá en el campo de pruebas idóneo para comprobar hasta qué punto la conservación de una especie amenazada y el mantenimiento del pastoreo de montaña pueden beneficiarse de un mismo proyecto.
Al atardecer, bajamos con el land rover de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ) a Bejes (Cantabria). Es 14 de junio de 2007 y hemos estado todo el día recorriendo el macizo oriental del Parque Nacional de Picos de Europa. Concretamente, nos hemos movido por los puertos de Áliva y de la cabecera del río Duje, donde el año que viene están previstas las primeras sueltas de pollos de quebrantahuesos procedentes de la población silvestre pirenaica.
Bejes, como el cercano Tresviso, a ambos lados del río Urdón, es uno de los pueblos de montaña cántabros más auténticos. Desde los collados que le rodean se divisa perfectamente en días claros el mar. El escepticismo, cuando no la desconfianza, había sido la norma de los vecinos años atrás, al ser informados del proyecto que se traía entre manos la FCQ. Hasta que un día, el naturalista aragonés Gerardo Báguena les preguntó en qué se les podía ayudar.
Al poco tiempo, ya estaba organizado un campo de trabajo con voluntarios para enterrar una tubería de suministro de agua que atravesaba una pista y se rompía continuamente por el paso del tráfico rodado. Desde entonces, la FCQ es recibida de otra manera por la gente del pueblo. Ahora hasta les invitan a las bodas. Nada que ver con su tradicional recelo ante cualquier medida de conservación natural, empezando por las del propio parque nacional, suspicaces ante las limitaciones que puedan suponer a su actividad, que es sobre todo ganadera. La idea se va a repetir este verano, con un segundo campo de trabajo destinado a ayudar a los pastores a esquilar sus ovejas.
De Bejes era el joven ganadero que un día, hablando con el director del proyecto de recuperación del quebrantahuesos en Picos de Europa, le recordó que su contribución a conservar la naturaleza era la docena de ovejas que según él le mataba el lobo todos los años. “¿Con qué contribuyes tú, Gerardo?”