El método más adecuado sería el trampeo de muestras de pelo
Red de seguimiento de carnívoros en el País Vasco
Por Jorge González, Idoia Villate y José María Fernández
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:53h
La integridad y complejidad de un ecosistema puede evaluarse por la diversidad y el estado de conservación de sus poblaciones de carnívoros, ya que, además de presidir la estructura de las redes tróficas, son sensibles a las actividades humanas. De ahí el interés de poner en marcha un programa de seguimiento de carnívoros.
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En el País Vasco, las informaciones actuales sobre distribución y abundancia de las especies de carnívoros no siempre permiten establecer valoraciones rigurosas de su estado de conservación y, sobre todo, de su evolución en el tiempo, que es el parámetro de mayor valor como indicador. Sólo algunas especies que han sido objeto de un seguimiento particular, como el visón europeo (Mustela lutreola), escapan a este diagnóstico. Como referencia inicial, contamos con los datos del Atlas de los vertebrados continentales de Álava, Vizcaya y Guipúzcoa (1), que recopiló observaciones de distinta naturaleza entre los años 1970 y 1985, ofreciendo una primera imagen de la distribución de las distintas especies. Posteriormente se han llevado a cabo otros trabajos de recopilación y cartografiado de citas, pero no permiten detectar tendencias a escala regional debido a la falta de una metodología estandarizada.
Los carnívoros son animales elusivos y aparecen en bajas densidades, por lo que obtener información sobre ellos suele ser una tarea complicada. Por lo general, los datos sobre distribución se apoyan en observaciones casuales (animales atropellados, capturas accidentales) y en rastros y señales. Son técnicas adecuadas para estudios de ámbito local, pero difíciles de aplicar cuando se persigue una visión más regional o extensiva. En realidad, se ha discutido bastante acerca de las bondades de los diferentes métodos (búsqueda de indicios, estaciones de olor, trampeo fotográfico, trampeo en vivo…), ya que cada uno tiene ventajas e inconvenientes, pero disponemos de pocos análisis comparativos (2).
Entre marzo de 2004 y agosto de 2005 se emprendió un estudio para evaluar la puesta en marcha de un seguimiento sistemático de carnívoros –no sesgado por la pericia del observador o la recopilación de citas fortuitas– en el marco geográfico del País Vasco. Se diseñó una red de estaciones de muestreo repartidas homogéneamente, con un protocolo de trabajo basado en métodos de detección no invasiva y alta eficiencia, concretamente el trampeo fotográfico y el trampeo de pelo (hair-trapping). Actualmente hay iniciativas similares en distintas regiones de Europa y Norteamérica (3, 4) para estudiar mamíferos de mediano tamaño, aunque en España la mayoría se han dirigido a los grandes carnívoros, como el oso (Ursus arctos), el lobo (Canis lupus) y el lince (Lynx pardinus).