El sector oriental de Málaga se convierte en una zona decisiva para la especie
La invernada de la gaviota cabecinegra en la provincia de Málaga
Texto y fotos: Salvador García Barcelona
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:53h
Los censos y seguimientos periódicos llevados a cabo durante los dos últimos años han revelado que el litoral malagueño se ha convertido en una zona de enorme importancia para la invernada de la gaviota cabecinegra en España. Tanto es así que, con casi 20.000 ejemplares, va camino de igualar las concentraciones ya conocidas de esta especie en Cataluña y la Comunidad Valenciana.
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En las costas orientales de la provincia de Málaga se producen concentraciones invernales de gaviota cabecinegra (Larus melanocephalus) desconocidas hasta la fecha (1). Por ejemplo, en la comarca interior de La Axarquía, donde la influencia humana no es tan fuerte como en el litoral, se contabilizaron unos 9.000 ejemplares el 26 de enero de 2008 (2), 9.083 el 6 de diciembre de ese mismo año y 16.724 el 28 de febrero de 2009.
Tal y como su nombre indica, la gaviota cabecinegra se caracteriza por tener la cabeza completamente oscura durante el periodo nupcial. Es de pequeño tamaño, con el pico y las patas de color rojo. Además, carece de un rasgo muy frecuente en otras especies de gaviotas: no tiene las puntas de las alas negras ni, por lo tanto, ese llamativo contraste con varios paneles blancos. El grueso de la población mundial cría en los alrededores del mar Negro, aunque desde hace años protagoniza un proceso de expansión que la ha llevado a Francia, Bélgica, Gran Bretaña y otros países de la Europa atlántica. Su presencia en Andalucía ha sido poco estudiada y en el pasado se llegaron a publicar citas de cría que posteriormente resultaron ser incorrectas. Por ejemplo, a finales del siglo XIX ornitólogos británicos de la talla de Chapman, Dresser y Saunders adquirieron huevos en “la marisma” de Huelva con el convencimiento de que pertenecían a esta especie, aunque luego resultaron ser de pagaza piconegra (Sterna nilotica) y charrán patinegro (Sterna sandvicensis). Más tarde, Saunders aludió a la nidificación de gaviotas cabecinegras “en Huelva y cerca de Cádiz” en un artículo publicado por la revista The Ibis en 1871 y lo mismo dejó anotado en su Manual of British Birds de 1889. Citas que se vio obligado a admitir como erróneas y a anular en la segunda edición de esta obra (3). Tuvieron que transcurrir 135 años para que al fin la gaviota cabecinegra nidificara en Andalucía oriental: fue en el año 2006, cuando seis parejas sacaron adelante dos pollos en Almería, concretamente en los charcones de Punta Entinas-Sabinar (4).
Con respecto al litoral malagueño, Irby recoge un dato ajeno (3): “Lord Lilford me dice que nunca la ha visto al oeste de Málaga”. No obstante, Saunders también dijo haber obtenido ejemplares procedentes de esta provincia. Por último, Arévalo Baca la cita en Málaga y añade que es abundante en las costas meridionales y orientales de España durante el invierno (5).