A veces la evolución no logra moldear nuevas especies capaces de expandir el hábitat ocupado por las especies ancestrales. En esas condiciones, en lugar de detenerse, el proceso de especiación transcurre en un hábitat estable. Como resultado, hace miles de años surgieron grupos de especies filogenéticamente cercanas que persisten en nuestros días en una misma región geográfica, o en zonas ahora alejadas pero que estuvieron en contacto en algún momento del pasado. Esta redundancia evolutiva es importante para predecir la distribución de las especies en el espacio y en el tiempo.
Quien haya escrito alguna vez una novela, una biografía o una demanda judicial, sabrá que una fotografía carcomida o una carta, de las de puño y letra con sellos de verdad, permiten reconstruir fases de nuestra vida con un detalle sorprendente. Del mismo modo, los museos de ciencias naturales almacenan datos biológicos históricos de gran utilidad para la investigación y la conservación modernas.
Un ejemplo notable de todo esto es el trabajo sobre camaleones de Madagascar publicado en 2003 por la revista Nature (1) y firmado por varios investigadores norteamericanos encabezados por Christopher Raxworthy, conservador del Museo Americano de Historia Natural de Nueva York. Tras analizar las características del hábitat donde se habían registrado 621 citas, antiguas y recientes, de once especies de camaleones malgaches, Raxworthy concentró expediciones en fragmentos concretos de selva donde descubrió la impresionante cifra de siete especies nuevas de estos reptiles, tan populares por su coloración mimética. Dicho estudio ilustra la utilidad del análisis estadístico de datos obtenidos vía satélite sobre el clima, la hidrología, la topografía, el suelo y la cobertura vegetal de los puntos geográficos con registros de camaleones, para extrapolar a toda la isla las características del hábitat donde la presencia de otras poblaciones y especies es más probable.
Bibliografía(1) Raxworthy, C.J. y otros autores (2003). Predicting distributions of known and unknown reptile species in Madagascar. Nature, 426: 837-841.
(2) Wiens, J.W. y Graham, C.H. (2005). Niche conservationism: integrating evolution, ecology, and conservation biology. Annual Review of Ecology, Evolution and Systematics, 36: 519-539.
(3) Peterson, A.T. y otros autores (1999). Conservatism of ecological niches in evolutionary time. Science, 285: 1.265-1.267.
(4) Huntley, B. y otros autores (1989). Climatic control of the distribution and abundance of beech (Fagus L.) in Europe and North America. Journal of Biogeography, 16: 551-560.
(5) Pearson, R.G. (2010). Species’ distribution modeling for conservation educators and practitioners. Lessons in Conservation, 3: 54-89 (disponible gratuitamente en
http://ncep.amnh.org/linc).