PLAN DE CONSERVACIÓn para una rapaz ibérica amenazada
Asegurar la presencia del águila perdicera en Castilla y León
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:53h
Detener la dramática situación que vive el águila perdicera en Castilla y León es el objetivo del Plan de Conservación aprobado en 2006. Con sólo quince parejas en su censo, se considera de vital importancia frenar las muertes por causas no naturales,
aumentar la productividad y concienciar a la sociedad. Sólo con estas
medidas se puede asegurar su viabilidad a largo plazo.
por Plan de Conservación del Águila Perdicera y Mila Fernández
Según datos de los censos realizados en España, en Castilla y León se perdieron alrededor del 80% de parejas de águila perdicera desde la década de los setenta hasta 2006. Este sería, posiblemente, el mayor descenso de toda su área de distribución en la Península Ibérica, situando a esta rapaz como la especie más amenazada de extinción de la comunidad autónoma.
Para detener esta situación, se habían llevado a cabo acciones de conservación por parte de los Servicios Territoriales de la Consejería de Medio Ambiente de las provincias de Zamora, Salamanca y Burgos y se ejecutaron dos LIFE: LIFE 2002 NAT/E/8598, Conservación del águila perdicera en las ZEPA de Burgos, entre los años 2002 y 2005; y LIFE 1997 NAT/E/4188 Conservación del águila perdicera y de la cigüeña negra en Arribes del Duero (Zamora-Salamanca, España), entre 1997 y 2000.
Finalmente, en el año 2006 se aprobó el Plan de Conservación del Águila Perdicera en Castilla y León, regulado por el Decreto 83/2006, de 23 de noviembre (BOCyL nº 230).
Proteger, conservar y recuperar
Con el Plan de Conservación del Águila Perdicera se pretenden impulsar las acciones necesarias para conseguir que, dadas las alarmantes cifras demográficas, la especie alcance un estado de conservación que asegure su viabilidad a largo plazo y pueda seguir afianzando sus poblaciones e invirtiendo su tendencia demográfica decreciente.
Las actuaciones puestas en marcha a partir de su aprobación han ido, y van, dirigidas a proteger, conservar y recuperar tanto la población como su hábitat, eliminando o intentando reducir considerablemente las causas que han provocado su regresión. De esta forma se garantiza la viabilidad de los núcleos de reproducción, se mantienen los hábitats para el desarrollo de su ciclo biológico y se favorece la colonización de nuevas áreas.
Dentro del Plan queda definido como objetivo básico la consolidación los territorios ocupados por el águila perdicera en la actualidad para, posteriormente, iniciar la colonización progresiva de los abandonados en la década de los noventa. Conseguir esto implica, necesariamente, dirigir las actuaciones hacia la reducción de la mortalidad no natural, el aumento de la productividad media anual, la expansión y mejora del hábitat, el aumento de su conocimiento en Castilla y León, y la mejora de la actitud hacia el águila perdicera, fomentando además el interés entre los sectores y entidades sociales, tanto públicos como privados.
Los trabajos destinados a reducir la mortalidad incluyen la eliminación –o disminución– de los accidentes con líneas eléctricas. Por otro lado, se pretende un cuantioso descenso de los fallecimientos por disparos y uso de venenos.
Las medidas destinadas a incrementar la productividad se orientan hacia el aumento de las poblaciones de las especies presa, el mantenimiento de los palomares tradicionales y la regulación de las actividades recreativas, agrícolas y forestales para garantizar la tranquilidad de los territorios de la rapaz durante la reproducción.
Todas las acciones del proyecto son supervisadas por un Comité de Seguimiento en el que están representados la Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León, la Fundación Tierra Ibérica y los responsables de especie de la Dirección General de Medio Natural y de las provincias implicadas, Burgos, Salamanca, Zamora y además Soria, provincia en la que no nidifica pero que es área de campeo de parejas que crían en comunidades limítrofes, como Aragón y Castilla-La Mancha. También se ha colaborado con el Parque Natural del Douro Internacional, con las parejas que nidifican en la frontera hispanolusa, y con otras asociaciones que trabajan con la especie en Portugal.