Informe
La difícil recuperación del águila perdicera en Castilla-La Mancha
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:53h
A pesar de los tendidos modificados en los últimos años, el águila perdicera, muy vulnerable a las electrocuciones, no se recupera al ritmo deseado en Castilla-La Mancha. Dada la importancia de la región para la reproducción de la rapaz y para la dispersión de ejemplares procedentes de otras zonas, es una prioridad aprobar el Plan de Recuperación que está en tramitación.
Juan Pablo Castañojuanp.castano@uclm.es
En Castilla-La Mancha el águila perdicera anida preferentemente en roquedos en altitudes medias y bajas, generalmente entre cuatrocientos y mil metros, de las cinco provincias. En Cuenca, Guadalajara y Albacete los cortados calizos son los más utilizados, mientras que en Ciudad Real y Toledo se asienta sobre todo en cortados cuarcíticos y graníticos asociados a valles fluviales. Ocasionalmente, anida en árboles y en estructuras antropogénicas como postes de alta tensión o acueductos.
Según los datos de los que dispone la Junta de Castilla-La Mancha, la población reproductora regional en 2011 se ha estimado en 85-87 parejas (24 en Albacete, 19-21 en Ciudad Real, 16 en Cuenca, 15 en Guadalajara y 11 en Toledo). Respecto a las cifras publicadas para 1990 –88-98 parejas– el valor de 2011 supone un descenso de entre el 2’3 y el 13% (aunque debe tenerse en cuenta que, para alguna provincia, el dato del censo de 1990 probablemente subestimara la población real). Contrasta este descenso moderado con el notable incremento producido en Castilla-La Mancha para el águila imperial, que pasó de 30 parejas en 1990 a 114 en 2011, lo que supone un incremento del 380%.
En los últimos quince años se han llevado a cabo medidas para reducir la mortalidad por electrocución, que sin duda han influido en la recuperación del águila imperial. Pero es evidente que estos cambios no han tenido una influencia positiva similar en lo que respecta al águila perdicera. Esto pudiera deberse a que gran parte de las modificaciones de líneas eléctricas en Castilla-La Mancha se han realizado en las áreas de cría y en las principales zonas de dispersión para el águila imperial, como el Campo de Montiel, la zona oriental de Montes de Toledo y las llanuras del Valle del Tajo, en las quizás es menor la presencia de jóvenes y especialmente de adultos de águila perdicera.