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El peligroso mastuerzo bárbaro

Pocas hierbas son capaces de convivir con el mastuerzo bárbaro (Cardaria draba) debido a las sustancias tóxicas que libera en el terreno circundante.
Pocas hierbas son capaces de convivir con el mastuerzo bárbaro (Cardaria draba) debido a las sustancias tóxicas que libera en el terreno circundante.
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:53h
Los peculiares sistemas defensivos del mastuerzo bárbaro le permiten protegerse tanto de los animales herbívoros como de las plantas competidoras. La estrategia consiste en generar una serie de sustancias tóxicas para asegurarse un rápido y seguro crecimiento.

J. Ramón Gómez
ramongomez@herbanova.es
YA SEA DESDE NUESTRO VEHÍCULO o a través de la ventanilla del tren, no será difícil localizar ejemplares de mastuerzo bárbaro u oriental (Cardaria draba) durante los anhelados desplazamientos veraniegos. Es una especie abundante en toda Europa y fácil de reconocer, incluso a cierta distancia. Ocupa casi siembre grandes extensiones salpicadas por miles de florecillas blancas, lo que refleja su renuencia a compartir el terreno con otras plantas. En efecto, sus agresivos estolones invasores, la capacidad para inhibir el crecimiento de otras hierbas y un eficaz arsenal de defensas químicas hacen que sea prácticamente inmune a los depredadores y le otorga cierta primacía frente a las demás plantas que compiten por el mismo hábitat.

Aunque, para alcanzar tan amplia área de distribución, algo tuvieron que ver nuestros medios de transporte. Fue a través de carreteras, vías férreas y puertos marítimos como esta especie logró propagarse por la mayor parte de Europa. Todo parece indicar que, durante la Segunda Guerra Mundial, las semillas del mastuerzo bárbaro viajaron miles de kilómetros mezcladas con los cereales que circulaban para abastecer a las tropas. De esta forma se ha extendido por buena parte de Eurasia y ha llegado a alcanzar el sur de Finlandia.

Un suave aroma a miel
Así pues, el mastuerzo bárbaro es una planta ruderal, lo que significa que aparece en hábitats degradados por el hombre, como bordes de caminos y retales urbanos. Prefiere los suelos profundos y nitrogenados, aunque su alta capacidad de resistencia le permite vivir incluso en suelos salinos. Se establece en tierras bajas, por lo que es inútil buscarlo por encima de los 1.550 metros de altitud. Originario de Europa y el suroeste de Asia, se ha introducido involuntariamente en la mayor parte de las regiones de clima templado, aunque también es capaz de colonizar zonas áridas y semiáridas (1). En la actualidad se encuentra ampliamente distribuido por América, Asia oriental y Australia.

Bibliografía
(1) Castroviejo, S. y otros autores (1993). Flora Ibérica. Plantas vasculares de la península Ibérica e islas Baleares. Vol. IV: Cruciferae - Monotropaceae. Real Jardín Botánico (CSIC). Madrid.
(2) Álvarez Arias, B.T. (2006). Nombres vulgares de las plantas en la península Ibérica e islas Baleares. Tesis doctoral inédita. Facultad de Ciencias. Universidad Autónoma de Madrid. Madrid.
(3) Rosenthal, G.A. (1998). Defensas químicas de las plantas superiores. En Los recursos de las plantas, 75-81. Temas de Investigación y Ciencia. Barcelona.
(4) Dioscórides, P. (1998). Plantas y remedios medicinales (de materia Médica). Libros I-III. Biblioteca Clásica Gredos. Madrid.
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