Quercus inicia una nueva etapa
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:53h
Cuando estaba a punto de cumplir 32 años de edad, el próximo mes de diciembre, algunos cambios han venido a reorganizar la trastienda de Quercus. Los actuales integrantes de su redacción, Rafael Serra, José Antonio Montero y Miguel Miralles, han llegado a un acuerdo con Editorial América Ibérica para hacerse cargo de la revista, que inicia así una nueva etapa dentro de su ya dilatada trayectoria. La casualidad ha querido que coincidiera con el número 333, aunque las negociaciones se remontan al verano pasado. Para dotarla de un soporte adecuado, los nuevos propietarios han constituido una sociedad denominada Drosophila Ediciones, que será quien publique Quercus a partir de ahora, de forma totalmente independiente de cualquier grupo empresarial.
Parece que en la historia de Quercus hay cierta tradición a la hora de elegir nombres genéricos, difíciles de escribir, de origen latino y significado abstruso. Pero ambos, Quercus y Drosophila, son muy elocuentes dentro del sector de las ciencias naturales, la conservación de la biodiversidad y el ecologismo, que ha sido siempre nuestro ámbito de actuación.
Así que ya son tres las etapas que pueden establecerse en la andadura editorial de la revista. Desde 1981 hasta 1998, estuvo en manos de sus fundadores, Benigno Varillas y Teresa Vicetto. Desde 1998 hasta 2013 ha sido responsabilidad de Editorial América Ibérica, a cuyo presidente, Julio Grande, hemos de agradecer la completa libertad con la que hemos trabajado todos estos años. Y, finalmente, desde noviembre de 2013 será Drosophila Ediciones la encargada de mantener el rumbo de la publicación.
Dada la continuidad del equipo que ha dedicado sus esfuerzos a la revista durante al menos los últimos quince años, la línea editorial no sufrirá alteración alguna, como no sea para introducir mejoras y adaptarse a la desafiante época que nos ha tocado vivir. No ya en cuanto a conservación de la naturaleza, sino también en lo que atañe al periodismo ambiental en particular y a la prensa escrita en general, que tendrá que ajustarse a los desafíos impuestos por la digitalización y la transmisión inmediata de informaciones.
Quercus es una publicación modesta, pero solvente. Su fuerza radica en el apoyo que le prestan lectores y suscriptores, muy identificados con sus contenidos. Un respaldo que le permite no depender tanto de los ingresos publicitarios como otras cabeceras de sesgo más comercial. Por lo tanto, vuelven a ser ellos la clave de que esta nueva etapa cuaje y se consolide. Desde aquí, el actual equipo responsable de Quercus se compromete a ser coherente con los principios que han guiado la andadura de la revista desde sus orígenes. Los seguidores de Quercus han llegado a constituir una comunidad de la que, por supuesto, nosotros también nos sentimos parte. Es frecuente que sus integrantes se ganen el sustento en este amplio gremio, por llamarlo de algún modo, pero sus intereses van mucho más allá de lo meramente profesional. Son personas que sienten una vinculación activa, casi visceral, con la naturaleza, que se preocupan por la conservación de la biodiversidad, que aportan ideas y herramientas para gestionar nuestro entorno de una forma menos agresiva, basada en criterios científicos y solidarios, no únicamente mercantiles. Este ha sido, es y seguirá siendo el mensaje y el objetivo de Quercus.
Para ello, contamos con mantener abiertos los cauces que han alimentado hasta ahora las páginas de la revista y sin los cuales tampoco habría sido viable: naturalistas, organizaciones no gubernamentales, técnicos de la administración ambiental e investigadores que cultivan las múltiples ramas de las ciencias naturales. Asimismo, vamos a hacer una fuerte apuesta de futuro en cuanto a plataformas digitales y redes sociales, esos recientísimos medios de comunicación que ganan adeptos día a día y que se han convertido ya en rutina diaria para amplias capas de nuestra sociedad.
Pero, para que todo eso sea posible, necesitamos contar más que nunca con el voto de confianza de lectores, suscriptores y anunciantes. Hemos hecho un gran esfuerzo personal y nos va mucho en el envite; pero eso sería lo de menos. Lo importante es que las bases están sentadas para que la revista siga adelante durante largos años, siempre que sus seguidores estén de acuerdo en mantener vivo y lozano a este viejo Quercus.