Varios ejemplares de un escasísimo coleóptero, la yamina de las efedras (Buprestis (Yamina) sanguinea), fueron encontrados en la finca El Espartal, perteneciente al término municipal de Valdemoro (Madrid), a finales de julio del año pasado. Para hacer justicia a su nombre vulgar, los insectos estaban sobre efedras finas (Ephedra nebrodensis), en una zona que se verá directamente afectada por las obras de la nueva Estación Depuradora de Aguas Residuales de Valdemoro. Las últimas citas de la especie en la Comunidad de Madrid datan de hace al menos quince años, cuando fue localizada en los municipios de Rivas-Vaciamadrid y Torres de la Alameda.
La yamina de las efedras es un raro endemismo ibero-magrebí perteneciente a la familia de los Bupréstidos, un grupo de escarabajos de gran antigüedad filogenética. Su delicada situación explica que se incluyera en el Libro Rojo de los Invertebrados de España con la categoría de “Vulnerable”. La supervivencia de este coleóptero está estrechamente vinculada a la conservación del hábitat en el que se desarrollan las plantas del género Ephedra (E. nebrodensis y E. fragilis), en las que se cobija y alimenta.
Machos y hembras exhiben un acusado dicromismo. Mientras que los machos son de color negro azulado, con ribetes amarillos, las hembras lucen un intenso color rojo con manchas negras. Además, son más grandes que los machos. La coloración de las hembras es idónea para confundirse con los sincarpos o pseudofrutos de los pies femeninos de su planta hospedadora. Los adultos permanecen sobre las efedras durante los meses de julio y agosto e incluso hasta los primeros días de septiembre. Hasta el momento en que obtuve las fotos que ilustran esta nota, todas mis tentativas de localizar al insecto habían sido vanas.
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