El cangrejo rojo: ¿especie protegida?

Veo difícil erradicar el cangrejo rojo pero defenderlo me parece totalmente absurdo. Primero, porque es una visión muy sesgada de los ecosistemas que no atienden a la conservación de los peces e invertebrados que son los principales elementos perjudicados por esta especie invasiva. Y en segundo lugar, justificar los beneficios a cierta fauna amenazada, supone reconocer que Doñana no presenta una naturalidad o un estado ecológico suficiente como para mantenerse por sí sola.

Buenas, no voy incidir en lo obvio y ya comentado por otros lectores, hay suficiente literatura científica para asegurar sin ningún género de dudas que el cangrejo de río ibérico es autóctono.
Respecto al fondo del artículo, la introducción del cangrejo rojo en la marisma del Guadalquivir cambio por completo el ecosistema y las relaciones tróficas del mismo. Doñana es un sistema muy dinámico y evolucionó rápidamente, pero sinceramente creo que para la Biodiversidad la introducción del cangrejo rojo fue más negativa que positiva, por más que la introducción haya podido beneficiar a algunas especies. En el fondo lo que ha sucedido es que ha simplificado el funcionamiento del medio y la biodiversidad general se ha reducido, pero eso hoy por hoy ya no tiene remedio.
El cangrejo rojo no nos lo podemos quitar de encima, su pesca no hará que se reduzca pero no pescarlo tampoco. Creo que lo sensato era regular su pesca, restringirla sólo a los profesionales, sólo y exclusivamente en la zona de introducción del cangrejo rojo, así es como había quedado la cosa antes de la sentencia y así es como debemos intentar que vuelva a estar.
Defender el cangrejo rojo atacando al cangrejo autóctono no sólo es inútil, sino que se basa en una mentira. Lo que hay que hacer es asumir el pasado, eso es una evidencia en todas las facetas de la vida, también lo es en la gestión de los recursos naturales. No podemos viajar en el tiempo, hasta 1973 y evitar que se decida introducir el cangrejo en la marisma, se hizo y no lo podemos cambiar. Se hizo supongo que pensando que se hacía algo que estaba bien, pero eso poco importa hoy, lo cierto es que a los gestores de ahora nos toca convivir con eso y hay que buscar el equilibrio, no deberíamos a la ligera declarar con carácter retroactivo la ilegalidad de actuaciones que en su día fueron legales.
En conclusión, habrá que regular el aprovechamiento el cangrejo rojo en su zona de suelta original, no en las otras zonas donde la especie ha llegado en muchos casos movida por el mano del hombre, para evitar de esta forma que la especie se disperse aún más hacia otras zonas, para eso ya llegamos tarde en muchos sitios, pero la Sentencia del Supremo tampoco creo que nos ayude.

Disculpas por la errata. Quería decir: Y todo para que luego venga algún pope a decir que hay que salvar a los alóctonos e invsasivos por motivos de conservación. (Creo que se entendía pero por si acaso).
Como bien han dicho los anteriores comentarios, justificar que la conservación en Doñana precisa de la existencia de fauna alóctona hace que nos preguntemos que criterios de conservación se están planteando. Creo que es mejor algún morito menos pero comiendo comida autóctona que engordando su número artificialmente con cangrejo rojo. Por otro lado conocí los arrozales de Doñana antes de entrar el cangrejo rojo, y para nada se puede decir que el cangrejo rojo sea necesario para su conservación. La conservación es algo muy distinto de la multiplicación de bichos de cualquier forma.

Que el cangrejo autóctono es autóctono no ofrece ninguna duda: los estudios genéticos han demostrado hasta la saciedad que su presencia en la península tiene al menos 25.000 años. De hecho debe ser llamado cangrejo ibérico. Sin embargo existe una dinámica a favor de los cangrejos invasores. Dinámica que parte de Doñana que es, casualmente, donde se introdujo el rojo. Y que tiene una componente economicista. Y como primera estrategia convenía poner en duda el origen del autóctono a través de un estudio, que luego se ha demostrado equivocado y torticero. Y todo para que luego venga algún pope a decir que hay que salvar a los autóctonos por motivos de conservación. Estos motivos de conservación de los arrozales, que esgrime el articulista, todo el mundo puede ver que no se sostienen.

El artículo plantea una reflexión muy interesante, pero creo que se equivoca en cuestiones básicas. Mezclar cuestiones socioeconómicas y ecológicas nunca ha dado buenos frutos. El problema laboral debe resolverse sin llevarse por delante la conservación del ecosistema. Y el concepto de "nuevos ecosistemas" es muy difuso. ¿Puede crearse un ecosistema en menos de 50 años, que es lo que lleva el cangrejo rojo americano en Doñana? ¿Forman parte las tuneras (Opuntia maxima) y piteras (Agave americana) de los ecosistemas canarios ya que llevan cientos de años asilvestradas? No lo creo. Que la proliferación de una especie alóctona pueda beneficiar a algunos elementos del ecosistema es cierto, pero eso puede crear más desequilibrio, y en la conservación no deben priorizarse unas especies (aves) frente a otras (anfibios) simplemente por cuestioens subjetivas. Como dice el autor, mas ciencia y menos ideología, aplíquese.

Erradicar el cangrejo rojo de ecosistemas como Doñana es técnicamente inviable, pero está demostrado y publicado en literatura científica que la pesca de cangrejos americanos contribuye a su expansión, y no a su control como argumenta el autor, por lo que evidentemente es necesario una regulación. Por otro lado no es cierto que el CSIC haya demostrado que la especie autóctona sea exótica, esto fue una hipótesis de trabajo planteada en una publicación en el año 2015 y trabajos posteriores ya publicados han argumentado que la especie se encuentra en la península ibérica al menos desde el paleolítico. https://www.researchgate.net/publication/293045453_Update_of_genetic_information_for_the_white-clawed_crayfish_in_Spain_with_new_insights_into_its_population_genetics_and_origin