Muchas hierbas vulgares merecerían tener un papel protagonista en nuestros parques y jardines. Al menos, nos conformaríamos con que fueran respetadas cuando aparecen de forma espontánea. Pero con frecuencia optamos por la sofisticación a la hora de escoger una planta rara o de colores extraños. Y eso que tenemos muy cerca hermosos recursos para embellecer las zonas verdes. Basta con fijarse en cualquier descampado o cuneta, terrenos que, favorecidos por las abundantes lluvias de esta primavera, lucen ahora sus mejores galas.
Parémonos en uno de esos lugares olvidados, por los que pasan cientos de personas a diario, les prometo que merece la pena visitarlo con algún detenimiento. Fijémonos, por ejemplo, en las plantas que caben dentro de un metro cuadrado y durante poco más de cinco minutos. Será suficiente para descubrir el generoso número de hierbas allí reunido, ¡muchas más especies de las que esperábamos encontrar! Sigamos mirando un poco más. Seguro que nos sorprende su alta densidad y la febril actividad de los insectos, sus pequeños inquilinos. Hay comida para todos, incluso para los recién llegados. ¡Asombroso! Y todo ello en un sencillo retal olvidado en medio de la ciudad, ajeno a nuestras idas y venidas.
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