En España, el halcón peregrino (Falco peregrinus) es una especie sedentaria, con una población reproductora estimada en torno a las 2.500 parejas (1). Aunque estos efectivos pertenecen mayoritariamente a la subespecie brookei, en el tercio norte peninsular se solapa con la subespecie nominal peregrinus (2), por lo que en ese ámbito geográfico nos encontramos con cierta variación fenotípica. Pero no todos los halcones peregrinos que se ven en la península Ibérica son residentes, ya que cada año, desde finales de verano hasta bien entrada la primavera, nos visitan ejemplares de distribución nórdica y que son migradores de media y larga distancia.
En su mayoría estos halcones proceden de Fenoscandia (región integrada por Noruega, Suecia, Finlandia y parte de Rusia), en concreto de su parte norte. Históricamente estas aves fueron asignadas a la subespecie nominal peregrinus, pero en realidad se encuentran dentro de una amplia área donde se solapan con el taxón ártico, calidus, existiendo por consiguiente numerosos ejemplares de carácter fenotípico intermedio, de difícil clasificación taxonómica.
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