Muy posiblemente estamos ante una especie cuya completa extinción de la faz de la Tierra no necesitará esperar a que la vean nuestros hijos. Y muy posiblemente ocurra en los próximos cinco años. Para entonces el mantra de la comunidad internacional será preguntarse cómo no actuamos a tiempo, si el problema y las soluciones eran más que sabidas.
A poco más de diez años después de que se considerase extinguido el baiji o delfín de río chino (Lipotes vexillifer), el mundo está asistiendo a la cuenta atrás para la pérdida definitiva de una segunda especie de cetáceo, la vaquita (Phocoena sinus): tan sólo quedan treinta.
El dato procede del último informe del Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita, presentado a la comunidad científica en la octava reunión de esta entidad, celebrada en La Jolla (Estados Unidos) a finales del pasado noviembre, y difundido por el Gobierno mexicano a mediados del pasado enero.
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