Sentada en aquella playa bañada por el Caribe, disfrutando de los más placenteros rayos de sol, vi algo moverse junto a mí. Curiosa, miré en dirección al movimiento y encontré una tortuguita saliendo de la arena y encaminándose torpemente, pero con determinación, hacia el mar. Cuando me quise dar cuenta estaba rodeada de ellas, las observaba dirigirse hacia el mar evitando los ataques de las gaviotas, luchando por sobrevivir. Esa experiencia fue una de las más hermosas de mi vida y marcó sin duda el resto de mi carrera profesional.
Se sabe que las tortugas marinas están mundialmente amenazadas debido a la captura accidental en redes de pesca, la contaminación de los océanos y la destrucción de sus hábitats de alimentación, desove y descanso, entre otros problemas, lo que las empuja hacia la extinción. Es especialmente preocupante el tráfico ilegal tanto de los individuos como de sus partes.
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