El anillamiento permite averiguar muchos aspectos relacionados con la migración de las aves, en particular de los paseriformes. Aun así, el paso a través de los Pirineos ha sido muy poco estudiado. En el proyecto MigraVallFosca, respaldado por la Estación Biológica del Pallars Jussà, nos planteamos indagar aspectos tan poco conocidos como qué especies están involucradas, su condición física y las proporciones en cuanto a sexo y edad. Otro objetivo fundamental es establecer la fenología migratoria y los posibles cambios que puedan producirse en el futuro, ya que el calentamiento global es una de las principales amenazas para la fauna de los medios alpinos.
Nos concentramos en el papel que juegan los prados de siega como hábitat elegido por muchas aves para pararse a descansar y alimentarse durante sus migraciones, lo que en inglés se conoce como stopover. Algunas observaciones realizadas en años previos ya nos habían indicado la importancia de estos prados para las aves migradoras. Que, a pesar de ser hábitats de interés comunitario, han visto reducida su superficie en las últimas décadas. Especialmente aquellos situados a mayor altura, ya que al tener menor extensión y un relieve más irregular hacen difícil la mecanización de la siega. A esto habría que añadir los cambios en el manejo del ganado, que han propiciado el abandono de antiguas zonas de pasto, sobre todo por el declive de los rebaños de ovino en régimen extensivo. Una vez abandonados, los prados siguen siendo hábitats favorables en sus primeros estadios de sucesión para muchas aves, pero pocos años después el estrato arbustivo se vuelve dominante y crea un ambiente muy cerrado que deja de ser apto para las especies propias de espacios abiertos.
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