Más jardineras en las fachadas, una apuesta segura en favor de las aves urbanas

Un estudio reciente ha confirmado que el 20% de las más de diez mil especies de aves que habitan el planeta tiene poblaciones en entornos urbanos (1). El mismo trabajo señala incluso la presencia en las ciudades de aves amenazadas a escala global, citando 36 especies incluidas en la Lista Roja de la UICN. Con estos datos se puede afirmar que la planificación y el diseño de ciudades "amigables para las aves" no sólo ayudaría a palomas y gorriones, sino que tendría un gran potencial en términos de conservación, ya que podría beneficiar a una de cada cinco especies. En el caso de España las iniciativas para la conservación de las aves en entornos urbanos son todavía escasas. Pero poco a poco las cajas-nido se van convirtiendo en un elemento habitual de las zonas verdes de las ciudades, mientras edificios e infraestructuras empiezan a equiparse con nidales en sus fachadas. Incluso se han desarrollado proyectos de reintroducción de aves tan emblemáticas como el halcón peregrino, por ejemplo en Barcelona, o se han declarado algunas ZEPA urbanas, sobre todo en Extremadura, ante la presencia de especies amenazadas como el cernícalo primilla. Pero científicos y conservacionistas tenemos que seguir “pateando” nuestras ciudades, prismáticos en ristre, para estudiar el uso que las aves realizan de los hábitats urbanos y poder, de esta manera, realizar buenas acciones de conservación. Un aspecto especialmente interesante en ese sentido es el análisis de los emplazamientos que las diferentes especies utilizan para instalar sus nidos. La recopilación sistemática de esta información sería de gran utilidad para realizar propuestas concretas a los arquitectos y se podría traducir en la redacción de criterios técnicos para el diseño de edificios mucho más "amigables para las aves".

Este contenido es un resumen / anticipo de una información cuyo texto completo se publica en la revista Quercus, tanto en su versión impresa como digital.