Una de las principales causas de este declive es la radical transformación del medio agrario, cada vez más alejado de los paisajes que mostraban un mosaico de cultivos adaptados a la realidad hídrica de cada zona y más centrado en grandes extensiones de monocultivo, a menudo basadas en regadío. Este cambio de paradigma, unido al empleo generalizado de plaguicidas y rodenticidas, contribuye a la pérdida de biodiversidad en el campo. Hay menos diversidad de hábitat, menos insectos, menos roedores y, por tanto, menos alimento para las aves agrarias, que además sufren envenenamientos secundarios.
Esta realidad lleva aparejada un continuo despoblamiento rural que también afecta a las aves ligadas a entornos con presencia humana. Por ejemplo, las lechuzas pierden lugares tradicionales de nidificación como campanarios, caseríos o granjas.
La elección de la lechuza como Ave del Año reforzará el trabajo que está realizando SEO/BirdLife para mejorar el hábitat y las condiciones de la especie, a fin de reducir sus amenazas directas y mejorar el conocimiento que tenemos sobre ella.