Lo que hasta hoy conocemos de los impactos que tienen las distintas infraestructuras de transporte sobre la fauna salvaje se basa principalmente en lo que los especialistas denominan la ecología de carreteras (1). No obstante, el tren, a pesar de la similitud de sus efectos sobre especies y hábitats con las carreteras, tiene sus particularidades, lo que justifica que los diferentes impactos de los corredores ferroviarios se estudien bajo una disciplina propia (2, 3).
Aunque relacionados entre sí, identificamos cinco grandes tipos de impactos asociados al tren, siendo la mortalidad el más frecuentemente registrado, normalmente debido a atropellos (3). Pero también puede ser por electrocución o colisión con los cables en corredores electrificados o con estructuras como los puentes (2, 4).
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