Elemento consustancial al paisaje isleño, la palmera canaria es una especie endémica y está legalmente protegida en toda su área de distribución. Después de la erradicación del picudo rojo, su principal plaga, actualmente se enfrenta al picudo de cuatro manchas, otro insecto introducido. Además, en el terreno de la genética se han obtenido considerables avances que confirman la facilidad de la palmera canaria para hibridar con otras especies del mismo género.
Por Pedro Sosa y otros autores
La palmera canaria (Phoenix canariensis) es una de las especies vegetales endémicas más representativas e importantes de las Islas Canarias. Los palmerales son un elemento distintivo de nuestro paisaje y mantienen estrechas relaciones no sólo con el medio ambiente y la economía, sino también con la identidad, la cultura y hasta con la religión de los canarios. Es muy difícil encontrar lugares donde falte la figura de una palma canaria, que es como se denominaba antes en las islas. De este término proceden cientos de topónimos, entre ellos el de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, el de la provincia de Las Palmas y también el de la isla de La Palma.
Otro rasgo a destacar de la palmera canaria es que crece de forma espontánea en todas las islas y es su único endemismo vegetal de porte arbóreo. Por eso la Ley de símbolos de la naturaleza para las Islas Canarias la eligió como emblema del archipiélago.
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