En el Delta del Ebro, uno de los humedales más destacados del Mediterráneo occidental, se concentra una enorme diversidad de flora y fauna, pues cuenta con unas 600 especies de plantas vasculares y 400 de vertebrados, en su mayoría aves. Sin embargo, también es un sistema donde las actividades humanas tienen un impacto nada despreciable, en concreto los cultivos de arroz, la acuicultura marina y el turismo. Unas 50.000 personas habitan de forma permanente en los diferentes municipios del delta, mientras que visitantes y turistas vienen a sumar un millón al año. Tras la creación del Parque Natural del Delta del Ebro en 1983 todos estos factores están, al menos, sujetos a regulación.
El otro gran peligro que se cierne sobre el delta es la presencia de especies exóticas y, por el contrario, es un problema que dista mucho de estar bajo control. El caso más conocido es sin duda el del caracol manzana (Pomacea maculata), pero, como veremos, se han introducido otros muchos organismos alóctonos.
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