La situación de los grandes carnívoros europeos ha cambiado de manera radical en las últimas décadas. Los lobos (Canis lupus) han recolonizado Escandinavia, Alemania y los Alpes, mientras que las poblaciones relictas de Italia, los Balcanes, el Báltico y la Península Ibérica han registrado notables aumentos. El lince boreal (Lynx lynx) ha vuelto a ocupar la mayoría de sus antiguas áreas de distribución en Escandinavia, el Báltico y los Cárpatos, aparte de haber sido reintroducido en los Alpes y Europa central. Del mismo modo, el glotón (Gulo gulo) ha regresado a algunas zonas forestales de Escandinavia.
El oso pardo (Ursus arctos) no ha sido una excepción y sus poblaciones alcanzan cifras nunca vistas en Escandinavia, los Balcanes y los Cárpatos. A lo largo del último siglo, tanto el abandono del medio rural como la mayor sensibilidad social hacia la conservación de las especies y del paisaje han hecho que muchas poblaciones de grandes carnívoros, antaño amenazadas, hayan logrado restablecerse. Pero la coexistencia entre el hombre y los grandes carnívoros sigue siendo un reto para la conservación, ya que este incremento de las poblaciones y el reciente auge de las actividades al aire libre pueden hacer que aumente también el número de conflictos.
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