Objetivo: devolver a los bosques de Garajonay su esplendor

El 4 de agosto de 2012 se originaba en la isla de La Gomera, de forma intencionada, el incendio forestal del que tengamos noticias que ha afectado a una mayor superficie de laurisilva en Canarias, incluyendo importantes superficies de bosques centenarios de gran valor ecológico.

Este desastre medioambiental sin precedentes recientes dejó una extensión devastada por el fuego que ascendió a 3.616 hectáreas. Afectó a siete Zonas Especiales de Conservación (ZEC) de la Red Natura 2000 en más de un 30% de su superficie. La parte dañada en el Parque Nacional de Garajonay, que alberga los bosques de laurisilva mejor conservados del archipiélago, fue de 741'7 hectáreas. Esto supone que casi el 20% del parque nacional fue pasto de las llamas, principalmente en las cumbres más elevadas y en su vertiente sur.

La sociedad insular vivió con suma angustia este episodio, que afectó también a zonas pobladas y puso de relieve la necesidad de mejorar la capacidad de respuesta ante este tipo de amenazas. Es en este contexto en el que nació el proyecto europeo LIFE+ Garajonay Vive, que echó a andar en septiembre de 2014. El objetivo era poner en marcha un conjunto de acciones de restauración ecológica de los hábitats quemados y de defensa contra incendios, partiendo de una visión integral de los problemas y con la premisa de vertebrar la acción conjunta del Parque Nacional de Garajonay con el resto de actores del territorio. Por todo ello, la participación, la sensibilización social y la cooperación han tenido un protagonismo esencial.

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