El marcaje con emisor GPS mediante arnés torácico, empleado en muchos proyectos de recuperación y seguimiento de rapaces amenazadas, salvó la vida de un águila perdicera reintroducida en 2014 en la Sierra Oeste de Madrid. El dispositivo permitió a este ejemplar escapar del ataque de una pareja de águilas imperiales.
Por Juan José Iglesias, Víctor García, Sergio de la Fuente, Ernesto Álvarez y Manuel Galán
El proyecto europeo LIFE Bonelli, ya finalizado, comenzó su andadura en 2013 con el objetivo de que se formasen nuevas parejas de águila perdicera o de Bonelli (Aquila fasciata) a través de la liberación de ejemplares de esta especie procedentes de diferentes orígenes (ver Quercus 381, págs. 20 a 27).
Algunos habían sido criados en cautividad y otros venían cedidos por diversas comunidades autónomas, bien porque habían sido objeto de desnides y rescates (como en el caso de Andalucía, con una de las mayores poblaciones de la especie en Europa), bien porque fueron rehabilitadas en centros de recuperación de fauna salvaje.
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