La Mina de los Arenales, explotada desde finales del siglo XIX para obtener plomo y también algo de plata y zinc, se estructura en tres niveles y su profundidad máxima alcanza los 33 metros. Cuenta además con un pozo de ventilación de unos 20 metros de recorrido y cuatro entradas a diferentes alturas. El volumen total del complejo minero es de 1.110 metros cúbicos.
Una vez abandonada, la Mina de los Arenales se convirtió en un refugio ideal para dos especies trogloditas, el murciélago grande de herradura (Rhinolophus ferrumequinum) y el murciélago de cueva (Miniopterus schreibersii). Tras 19 años de seguimiento, hemos podido comprobar que ambas poblaciones están en aumento. Los censos se hacen cuando los murciélagos se concentran en el interior de la mina antes de marcharse a sus refugios de invierno. Las dos especies siguen líneas de regresión con pendiente positiva, lo que permite deducir que sus poblaciones, aunque de tamaño variable, han ido aumentando a lo largo de estos años de muestreo. El número máximo de murciélagos grandes de herradura fue de 168 en noviembre de 2004 y el de murciélagos de cueva alcanzó los 80 ejemplares en noviembre de 2016 (Cuadro 1).
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